Es un tipo de recubrimiento que, en contacto con el calor extremo, reacciona químicamente expandiéndose entre 5 y 50 veces su grosor original. Esta expansión crea una barrera térmica que retrasa el calentamiento de los elementos estructurales y prolonga la estabilidad frente al fuego. Es un recubrimiento que, al exponerse a temperaturas superiores a 250-300ºC, se hincha formando una masa intumescente que aisla del fuego.